hay vida al otro lado.
Simplificar, hacer fácil lo difícil. Ésta es una de mis virtudes capricornianas más despiertas en mí y honro este don para ayudar a la Muerte.
Comunico con personas y animales que han fallecido y, a priori, sé que puede parecer un don especial, pero hay mucho más.
Mi verdadero don es cómo hablo de la Muerte a los que todavía laten y a los que desencarnaron de su cuerpo, también.
La Muerte es bonita porque sigue siendo Vida, pero al Otro Lado. La Muerte es el regreso a casa, al Hogar, acompañado por la Luz, por tu clan.
Morir es un tránsito hermoso y personal, que permite a las almas seguir creciendo, evolucionar, si no lo hicieron cuando latían.
La Muerte todavía hoy es el Gran Misterio para muchos.
Todavía hoy es sinónimo de dolor y de tristeza. Tabú. El derrumbe del cuerpo, de la mente y del espíritu.
Y yo, hago fácil lo difícil porque muestro la belleza del Otro Lado. La alegría, el gozo y la expansión.
Mi misión no es ser una médium, ni doula, ni comunicadora animal.
Mi misión es ser puente. Unir mundos, realidades separadas por la razón.
Por eso colaboro con la Muerte, porque tras ella hay Vida y muchas almas van a recordarlo.
¿Cómo son mis sesiones de mediumnidad?
Son un espacio sostenido con Amor, respeto y la más pura intimidad, en que la persona o el animal fallecido se reúne con nosotros y permanece in situ toda la sesión.
“Sigo aquí contigo, no me he ido a ningún lado”,
es una frase que suelen repetir.
La Tierra (Gaia) es un planeta multidimensional, un punto de encuentro entre todas las dimensiones, por eso, aunque las almas que desencarnan cambien de frecuencia o dimensión, sigo percibiendo su energía sin interferencias.
Las sesiones son en directo, vía Zoom, y duran 90 minutos. Es tiempo suficiente para abordar asuntos pendientes, entrega de mensajes (o no mensajes), comprender procesos, dudas y aclaraciones.
Algo que caracteriza mi trabajo es la paz y armonía que se manifiesta en Ambos Lados.
Esto te lo garantizo.
MI TRABAJO COMO DOULA DE ALMAS
La palabra ‘doula’ refiere a una persona experimentada que acompaña y sostiene.
Mi sentir es que las doula acompañamos en experiencias álmicas, ya que, tanto las de nacimiento, como las de muerte, lo hacemos junto a un alma que va nacer, o va a morir, y sus familias, ya sean animales o personas.
Mi trabajo de doula puede comenzar antes o después de la muerte, según el caso.
Comienza antes, cuando el alma todavía no ha desencarnado, cuando está preparándose para morir. Este proceso puede durar horas, días o meses. Cada situación es única.
Comienza después de la muerte cuando al “chequear” la energía de la persona o animal, detecto que no completó su tránsito a la Luz y no está viviendo una experiencia armónica. En este caso, mi trabajo consiste en ayudar a elevarse para regresar a la Luz.
El Servicio de Doula está incluido en mis sesiones de Mediumnidad y Telepatía Animal.
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tu sesión
MEDIUMNIDAD
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Sesión de 90 minutos, en directo, vía Zoom.
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Expón tus dudas o inquietudes, las almas responderán lo que tengan o no que decir.
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Cuando acabe la sesión recibes un enlace para descargar el audio y el vídeo.
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Incluye trabajo de doula para acompañar al alma a completar su tránsito de Luz, si lo necesita.
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Paz y Armonía.
MEDIUMNIDAD ILUSTRADA
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Sesión de 90 minutos, en directo, vía Zoom.
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Expón tus dudas o inquietudes, las almas responderán lo que tengan o no que decir.
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Cuando acabe la sesión recibes un enlace para descargar el audio y el vídeo.
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Incluye trabajo de doula para acompañar al alma a completar su tránsito de Luz, si lo necesita.
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Al final de la sesión, la persona o animal fallecido me muestra imágenes y mensajes que yo pinto para ti. Es una ilustración sanadora que activa en ti una maestría única para el proceso de Vida en el que estás.
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Recibes en casa la ilustración original y junto con un pendrive que contiene el vídeo del proceso artístico y la sesión completa en audio y vídeo.
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Paz y Armonía.

¿POR QUÉ NO VAMOS A LA LUZ?
El Alma sabe nacer y sabe morir. No vamos a la Luz porque cuando el Alma muere lo hace sujeta a la experiencia humana, y los humanos no siempre recordamos nuestra esencia, nuestro origen, nuestro Hogar.
Me fascina mi trabajo de doula porque me permite ver cómo las almas también sanan y evolucionan en el Otro Lado.
Es muy bonito recibir a un alma que ha desencarnado y ha quedado atrapada, o, como dice mi gata Pompeya: “está de color gris”.
El único motivo por el que no vamos a la Luz es la Mente. Todo lo que la Mente “vierte” en ti se convierte en una certeza, una creencia que sin ser consciente, limita e impide a tu alma vivir el proceso de muerte con la serenidad y belleza de la que está capacitada.
Un ejemplo:
Hice una sesión con una persona inválida a causa de un ictus y dependiente de su familia. Le pregunté por qué no fue a la Luz y me respondió: “Porque yo sólo no podía llegar.”
Muchas veces hacemos en muerte lo que estamos acostumbrados a hacer en vida. Este señor estaba “acostumbrado” a ser dependiente de su familia. Su mente le hizo creer que no era capaz de llegar a la Luz porque no podía valerse por sí mismo.
El Alma sabe morir, sabe que cuando su experiencia de vida acaba tiene que abandonar el cuerpo que habitaba per, ¿qué pasa si la Mente ha silenciado durante toda su vida la voz del Alma?
Que ésta, aunque sabe que ha de abandonar el cuerpo, no recuerda cómo es el proceso y en lugar de ascender hasta el chackra corona para abandonar el cuerpo, sale por el chackra del Plexo Solar (en el estómago, donde también tenemos neuronas del cerebro).
Es decir, sale del cuerpo sin recordar que es mucho más que la experiencia de vida que acaba de terminar. Que es mucho más que sus emociones, que su rabia, su tristeza, su apego, su miedo, sus costumbres,…
Y, se queda de color gris, atrapado en este plano en el que no le corresponde ya estar.
Ir a la Luz, para los humanos que todavía entendemos la vida desde el espacio-tiempo, es un instante y no duele.
La Luz siempre te recibe si en tu corazón existe la voluntad de regresar, no te da tiempo ni a levantar el pie. Si lo sientes de verdad, la Luz te abraza de nuevo.
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